¡Hola!
El pasado mes de mayo, me embarqué en una aventura deliciosa y transformadora: un curso intensivo sobre smoothies verdes, zumos de verduras y leches nutritivas. Durante los 21 días que duró esta experiencia, la rutina era clara y motivadora: cada mañana, recibía una nueva receta que debía elaborar. Hasta aquí, todo parecía lo habitual en un curso de cocina.
Sin embargo, lo que realmente me cautivó y le dio un giro inesperado al aprendizaje fue la parte más interesante y desafiante: en tres ocasiones a lo largo del curso, no solo tenía que seguir una receta, sino que debía crear una propia. Partiendo de todas las herramientas, técnicas y conocimientos que iba adquiriendo con cada clase, tenía la libertad de experimentar, combinar ingredientes y dar vida a mis propias bebidas nutritivas. Una vez que mi creación tomaba forma, la fotografiaba con esmero y la compartía con el grupo.
¡El concepto me encantó desde el principio! No solo estaba aprendiendo los fundamentos de una alimentación más saludable, sino que también estaba trabajando mi creatividad de una manera muy práctica y gratificante. Esta combinación fue lo que verdaderamente me cautivó y me mantuvo enganchada.
Durante este periodo, tuve la oportunidad de probar y experimentar con un sinfín de recetas: algunas eran sorprendentemente sencillas, otras exquisitamente deliciosas, y todas, sin excepción, increíblemente nutritivas. Integrar estos smoothies y zumos en mi rutina de desayunos se convirtió en un placer diario, aportándome energía y bienestar desde primera hora de la mañana. Fue, sin duda, un "win-win" en toda regla: una inversión de tiempo que me aportó conocimientos, salud y una chispa renovada de creatividad.